Qué debe tener una buena agenda para opositores
No hay mayor enemigo para un opositor que el tiempo, y es que cualquiera que quiera prepararse para presentarse a los exámenes de las oposiciones sabe que para poder aprovechar al máximo los periodos de estudio no hay nada más esencial que el saber organizarse.
Es por esto que tareas tan sencillas como la de la distribución del tiempo o la fijación de objetivos diarios o mensuales son los mayores aliados para los estudiantes de oposiciones que desean aprobar a final de curso.
Y, por tanto, es difícil encontrar una herramienta más útil que una agenda o un planificador en los que poder apuntar todas las inquietudes, notas, avances y demás necesidades personales que sirva para llevar al día los temarios, las actividades, las evaluaciones de prueba y las fechas de exámenes, puesto que toda esta información es imprescindible para una organización provechosa y conviene anotarla en algún lado.
Si no conoces las agendas especiales para los opositores, a continuación te explicamos qué son, cuáles son las características más típicas de su formato y por qué, si hasta ahora nunca te habías planteado contar con un planificador de oposiciones, después de leer este artículo cambiarás de opinión irremediablemente y te harás con una agenda multiusos en la que desahogarte, organizarte y apreciar visualmente todo estos logros.
¿Qué es una agenda para opositores?
Como acabamos de comentar, una agenda para opositores es un tipo de agenda específica que está diseñada para suplir todas las necesidades con las que puede contar un estudiante que se prepara para las oposiciones.
Aunque de primeras puede parecer que una agenda común resultaría igual de válida, lo cierto es que las agendas para opositores se han creado con la función de maximizar la utilidad de este tipo de planificador, ya que cuentan con numerosos apartados específicos con los que estos estudiantes pueden anotar, tachar y valorar sus goles día a día.
A la hora de buscar una agenda se tienen en cuenta factores como, por ejemplo, la encuadernación, si el tipo de vista de la planificación es diario, semanal, mensual o anual, su tamaño, el grososr del papel,y el tipo de secciones que tenga; así como otros complementos como pueden ser una cinta marcapáginas, una goma lateral, separadores en los costados, y otro tipo de espacios para notas en los que apuntar pensamientos u otros comentarios.
De este modo, una buena agenda para opositores debería contar con las siguientes características:
- Un planning anual completo.
- Un habit tracker con el que entender y mejorar nuestros hábitos de estudio.
- Study trackers con los que poder controlar de forma sencilla todo el temario a estudiar.
- Un calendario por mes para una organización más profusa.
- Espacios extra para notas y para la toma de otro tipo de apuntes.
- Frases motivadoras que poder leer de vez en cuando para recordarnos nuestros propósitos y para venirnos arriba.
Diferencias entre una agenda y un planificador de oposiciones
Por lo general, aunque la agenda y el planificador suelen ser dos tipos de organizadores muy similares, en realidad sí que se diferencian en detalles muy pequeños.
Una agenda suele tener un formato más bien vertical, como en un diario, mientras que, por contra, un organizador se distingue por su formato horizontal, imitando a un calendario de pared.
Esto deriva en la consecuencia de que los planificadores suelen destacar por sus planificadores anuales cuando en muchas agendas es más común encontrarse una vista semanal o mensual.
Sin embargo, esto no tiene por qué ser así siempre, ya que es posible encontrar tiendas que diseñan y comercializan las llamadas opoagendas que contienen planificadores anuales, como es el caso de WeAreUO; una tienda con productos de papelería entre los cuales destacan sus agendas opositivas con formato día página y planificador anual, además de otras características.
De este modo, cada vez resulta más fácil que la figura de la agenda y la del planificador se unifiquen para crear un híbrido que puede adaptarse a las circunstancias en función del tipo de público al que vaya dirigido.
Aún así, es cierto que los planificadores suelen ser mucho más sencillos y su función principal es la de contener una clasificación semanal infinita que prescinde de los días semanales y mensuales para que nunca caduque; mientras que, por contra, una agenda suele especificar los días y los meses del año pues su finalidad es la de anotar diariamente los objetivos pertinentes a cada jornada.
Las agendas suelen ser también más personales y, en muchas ocasiones, pueden utilizarse para volcar opiniones, citas, pensamientos o sensaciones. Un planificador únicamente cumple la función de ejercer como una lista de tareas pendientes diarias, pues su estructura es mucho más cerrada y limitada.
Debido a esto, cada vez se ha vuelto más común también que muchas de estas agendas opositivas incluyan otro tipo de secciones como las de las frases de motivación con las que levantarse el ánimo; o secciones para rellenar con otro tipo de contenido que no esté relacionados con las oposiciones en sí, por ejemplo, un apartado para hacer bullet journal, una zona para objetivos generales, o una sección de cine, a modo de que se pueda escribir sobre temas más ligeros que resten el agobio de las hojas focalizadas en el estudio. Esto en un planificador es imposible.
¿Por qué es necesaria una agenda si vas a estudiar oposiciones?
Es por este motivo que las agendas o los planificadores son una herramienta esencial en la organización de el estudio de cualquier estudiante de oposiciones, pues es muy útil poder anotar dentro del espacio de cada día cuáles son los objetivos a lograr y los conseguidos, y además resulta imprescindible saber qué día se han realizado qué tareas para llevar un buen seguimiento del avance del temario.
En definitiva, no hay mejor acompañante para tus libros de texto y para tus apuntes que una agenda de oposiciones.
Piensa que no sirve de nada estudiar mucho si no se lleva a cabo de manera concienzuda, y no existe mejor forma de aprovechar el tiempo y de sentir que cada día te queda menos para el final que la de llevar un control riguroso en una agenda en la que anotar absolutamente todo lo relacionado con el proceso de estudio.